Este parque es enorme,está organizado para el turismo de manera que pagas la entrada
También hay autobuses que te llevan a lugares donde comenzar los cientos de recorridos senderistas marcados alrededor del cañon. El gran cañón queda siempre a un lado de los recorridos y puedes contemplar su magestuosidad mientras caminas.
En algunos momentos puedes llegar incluso a ver el agua en lo más profundo, aunque este privilegio lo tuvimos ya en la avioneta.Si tenemos en cuenta que hay lugares donde el cañón alcanza los 2000 metros de profundidad...ver el río ahí abajo es desde luego un regalo.
Tras un copioso desayuno, hemos comenzado una de la rutas a pié, no sin antes contar con el recibimiento de tres aguilas sobrevolando el gran cañón, cerca de nuestro punto de partida.
Tras esta pequeña ruta nos dirigimos en las furgonetas hacia Phoenix de nuevo donde tomaremos un vuelo interno hacia Sacramento.
Un cartel en la autopista de camino a Phoenix reza "food", y como es hora de comer cogemos la salida encontrando un lugar tipico americano de fast food, muy muy típico, tanto,que lo último que esperaban era recibir a veinte personas de golpe. Tras el primer impacto,han comenzado a trabajar y nos han servido verdaderamente bien y rápido. Es una pena que las grandes multinacionales americanas hayan acaparado el negocio del fast food y cada vez haya menos sitios como este donde la atención y la calidad son excelentes. Avión de Phoenix a Sacramento,para mañana dirigirnos de nuevo en furgonetas a la montaña mágica, Mount Shasta.
Aquí podeis contemplar una curiosidad del aeropuerto de Sacramento.
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