martes, 12 de agosto de 2014

Mount Shasta




Tras contemplar el amanecer en Sacramento,emprendemos camino hacia Mount Shasta. Varias horas de autopista y comenzamos a adentrarnos en una zona muy boscosa, pero de nuevo a lo grande,extensiones de árboles que no acaban nos dan la bienvenida a la zona de Mount Shasta.

Llegamos al pueblo de Mount Shasta,una pequeña población que se asienta en las faldas del gran Mount Shasta. Es un pueblecito de montaña,de casas bajas, con su Main Street, donde está la zona comercial con pequeñas tiendas,comercios y restaurantes. Se ve que es una zona muy turistica.Sin embargo, es muy diferente a nuestros pueblos del pirineo.


Allí nos recibe Marisela,quien se ha encargado de gestionar el alojamiento.Aquí vamos a estar en casas, y antes de distribuirnos en ellas vamos a comer a un lugar llamado The black bear, el oso, muy americano donde se puede ver a gente comiendo fast food en la barra, una imagen muy típica de este país.


 Los platos son tamaño XL, y la comilona nos deja a reventar...

No obstante, antes de comer invadimos una tienda donde venden todo tipo de piedras,minerales, imagenes y figuras de deidades,inciensos,plantas para rituales...en fin, todo dedicado al mundo espiritual. Nos volvemos locos con la variedad de cosas que hay.Es este un lugar, un foco del llamado turismo espiritual.

Tras acomodarnos en las casas, unas casas de ensueño,por cierto,nos dirigimos a un bosque llamado Shasta Trinity forest y descendemos por un sendero hacia las cataratas Mc Cloud.

Ya por el camino, los árboles impactan por su gran tamaño, y al llegar, contemplamos la belleza de un lugar,que por alguna razón, te hace conectar con el silencio más absoluto y te inserta en la profundidad del agua a través del contacto con la roca.

 Llegas a entender el silencio de una forma diferente y desde ahí entras en simbiosis con la gran madre naturaleza que es al fin la simbiosis con uno mismo.





 Ya de vuelta de ésta gran experiecia,nos disponemos a disfrutar de nuestras casas,de la paz del hogar, y de la armonía y el deseo de compartir que reina en nuestra mesa.

1 comentario:

  1. Yo creo que podiais quedaros ahí y reclamarnos. Nos hacéis un hueco, Chuma.

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