Como veis,es una ciudad que guarda una estética muy peculiar,las casitas son bajas y todas en un color ocre acordes con el tono de la tierra y con el paisaje rocoso de fondo que recuerda las películas del oeste.
Fuera de la ciudad,existen unos vórtices energéticos donde confluyen una serie de lineas,como meridianos donde tuvieron lugar vivencias indígenas que los hacen ser lugares muy especiales,capaces de despertar todo tipo de sensaciones internas, dependiendo de su simbología.
El primer lugar energético,Schnebly hills,es un lugar de sanación chamanica...y como os contaba ayer,aunque la aproximación fuese dificultosa,la sensación al llegar a la explanada y ver la panorámica tan impresionante delante de nosotros fué como tomar de golpe todo el aire de mundo...y notar como tu ritmo se ralentiza progresivamente.
Más tarde,y después de haber comido una ternera estupenda...diría que una de las mejores que he probado teniendo en cuenta mi poca afición por la ingesta de carne,nos dirigimos a otro peculiar vórtice llamado la campana,por su forma.En este lugar, se sentía una gran paz, y ver allí el atardecer fue una experiencia pseudoreligiosa.
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